Rosalba Icaza

Rosalba Icaza Garza INTRODUCCIÓN: SITUÁNDOME #Yamecanse de la mirada colonial del twitter! Escribía el tuit anterior en 2015 desde mi cuenta @icazarosalba, mientras los medios impresos, visuales y virtuales difundían sin parar la búsqueda de dos sospechosos del asesinato de doce personas en el diario satírico Charlie Hebdo ocurrido el 7 de enero en la ciudad de París, Francia. Entre los ultimados se encontra-ban dibujantes franceses que por sus caricaturas sobre el islam y el profeta Mohamed en particular, habían recibido amenazas de muerte de parte de radicales islámicos. Los medios hablaban de un atentado contra la libertad de expresión, de un ataque contra la civilización y en contra de la razón. Se hablaba, incluso, de un choque de civilizaciones (Cassidy, 2015). El discurso que contrastaba la cuna intelectual de occidente, Francia y por ende de sus ciu-dadanos e instituciones, con la barbarie de oriente y en particular del islam y sus creyentes, (re)producía una vez más las subjetividades que se encarnan en las representantes de gobierno, las periodistas, las ciudadanas francesas y europeas y, más tarde, ciudadanas y ciudadanos de muchos lugares del mundo, sumándose al #JesuisCharlie. Siete meses antes de los eventos en Charlie Hebdo, el 26 de septiem-bre de 2014, un joven mexicano llamado Alexander Mora, estudiante de la normal rural de Ayotzinapa en el estado de Guerrero, fue asesinado por policías municipales quienes antes lo torturaron y desollaron su rostro. Junto con Alexander, otros 42 estudiantes, algunos menores de edad e indígenas, fueron secuestrados y, de acuerdo con las versiones oficiales de la fiscalía mexicana, las cuales fueron cuestionadas por el Grupo de Expertos de la Comisión Inter-Americana de Derechos Humanos (CIDH) creada exprofeso para el caso (GIEI, 2015), fueron calcinados por miembros del cártel de dro-gas Guerreros Unidos, quienes fueron apoyados por policías municipales. Unas horas después de estos trágicos eventos, el hashtag #todossomos ayotzinapa y #ayotzinapaaccionglobal se volvieron "tendencia" en twitter México (Ferguson, 2014). En cuestión de horas se organizaron marchas, performances y flash mobs "Pude haber sido Yo" en varias ciudades de México, Estados Unidos, Europa, Asia, etc. Después de algunas semanas, el hashtag #yamecanse se haría tendencia en Twitter México en referencia a la desa-fortunada frase del fiscal mexicano, Jesús Murillo Karam, responsable oficial de la investigación y quien expresaría su cansancio después de una larga conferencia de prensa. Con el #yamecanse comenzaría una "guerra digital" en Twitter para posicionar el hashtag o eliminarlo a fuerza de (ro)bots o repe-ticiones sin "emisor" (Mercaderos, 2014). 1 Tan sólo unas semanas antes, el 9 de agosto del 2014 en la ciudad de Ferguson, el adolescente afroamericano Michael Brown sería una víctima más de la violencia policial. Como en el caso de #JesuisCharlie, #todos-somosayotzinapa, el hashtag #Ferguson y posteriormente, #Handsupdont-shoot, 2 se volverían tendencia en Twitter (Bonilla y Rosa, 2015). ¿Qué es lo que nos indican estos acontecimientos violentos sobre el tipo de análisis que resulta indispensable llevar a cabo para comprender el activismo contemporáneo que prolifera en redes sociales y, en particular, en el caso de Ayotzinapa? En estas líneas no intento desarrollar un análisis de estudio de caso sobre el activismo virtual de este trágico evento. Existen interesantes esfuerzos en este sentido desde distintas perspectivas en relación a #ferguson (Bonilla y Rosa, 2015), #jesuischarlie (Rodríguez Garavito, 2015) e incluso sobre Ayotzinapa y la geopolítica de Estados Unidos en Medio Oriente (Dabashi, 2014). Este es un texto teórico-epistémico exploratorio a partir del planteamiento de las "epistemologías del Sur" (Sousa, 2009; Sousa, Nunes y Meneses, 2007) y el “pensamiento decolonial” (Mignolo, 2013, 2010, 2009a, 2009b y 2003; Quijano, 2000; Vázquez, 2014, 2011 y 2009), en particular del “feminismo decolonial” (Lugones 2010a y 2010b), sobre las lógicas
moderno-coloniales que caracterizan a los medios sociales en el que discurren gran parte de las energías del activismo trasnacional contemporáneo.
Lógicas que como argumentaré posteriormente, se producen y reproducen
también en los análisis académicos en la disciplina de las relaciones internacionales sobre este tipo de activismo transnacional.
En particular, me interesa comprender “qué es Twitter” frente a la
violenta experiencia de Ayotzinapa, “cómo se expresan” sus lógica(s) moderno-coloniales y si también se expresan “otras lógicas” en esta arena de visibilidad política. Desde el marco de la justicia epistémica, entiendo por visibilidad política la visibilidad de palabras y obras de regiones de la sociedad que han sido marginalizadas, desdeñadas o producidas como ausentes (Icaza y Vázquez, 2013)

Today, the ecological frontier coincides with the epistemic human frontier as the last resources are in first nation peoples land. For example, the resource war we are facing is one in which first nations are struggling to preserve their lands, their rivers and mountains, dignity, their right to self-determination (Icaza and Vazquez 2017). What can we learn from these ongoing social struggles resisting violent forms of power destroying land, women lives and hope? This question inspires the steps taken along this chapter.

The notion of development cannot be separated from the history of western modernity. Development has functioned at one and the same time as representation and articulation of the modern/colonial divide. The division between the human and the savage, between civilization and nature, linger behind the notion of development. It belongs to the epistemic tradition of the West that has arrogated to itself the authority to classify the diversity of the earth as nature and the diversi-ty of peoples of the world as „others“. In other words: development belongs to a eurocentric and anthropocentric epistemology whose identity as the geograph-ical center and historical now of humanity depended on the externalization of earth and the peoples of the world as otherness. Development as an expression of this genealogy of an anthropocentric eurocentrism has functioned as a media-tion that marks the border between today’s standard of humanity: the consumer and alterity; the poor, the dispossessed and earth. We want to explore the notion of development precisely in its function in articulating the separation between the consumer and the lives of the peoples and earth that are being incorporated, dispossessed, extracted and consumed.
Can the notion of development respond to the possibility of an ethical life that is not structurally implicated with the suffering and the consumption of life of earth and others? What does it mean to decolonize development?

Rosalba Icaza proposes re-thinking IR by considering how modernity (as an international regime of knowledge) and coloniality (as an international regime of power) are mutually constitutive. Decolonizing IR, her contribution shows, would require a fundamental departure from Western epistemological paradigms such as the un-bodied rational choice actor, proceeding both from non-Euro-centric systems of thinking (i.e., Indigenous cosmologies) and different modes of knowing and being, such as the corpo-realities created through experiences of vulnerability. Following Maria Lugones, Icaza argues for ‘dwelling in the border,’ for ‘an emphasis on a knowing that sits in bodies and territories and its local histories in contrast to disembodied, abstract, universalist knowledge that generates global designs.’ Offering field notes from research trips along the Mexican migrant trail with her students, Icaza reflects on practical examples of such a decolonial approach to IR through the epistemologies of affect and the corporeal.

For more than two decades, the vast production of post-structuralist/post-positivist feminist critique and postcolonial feminism thinking within the field of International Relations and more recently on Global Politics have pushed forward critical investigations on their modern and colonial foundations (e.g. Sylvester 1993, Pappart and Marchand 1995, Shilliam 2010, Gruffyd Jones 2006, etc.) In doing so, different epistemological positions have been deployed in their attempt to destabilize narratives that produce and reproduce dominant ideas about ‘the international’ and ‘global politics’. Today, these contributions constitute a fruitful background for the current wave of academic interest focused on critically understanding the epistemic foundations of IR and GP as disciplines responsible of thinking how power operates in the international and global spheres.

Decolonial thinking has recently been partaking in this critical endeavor (Icaza 2015 and 2010, Icaza and Vazquez 2013, Taylor 2012).  Belonging to a different geo-genealogy  to that of post-colonial studies, decolonial thinking departs from acknowledging that there is ‘no modernity without coloniality’ (Lugonés 2010a and 2010b, Mignolo 2003 and 2013, Quijano 2000, Vazquez 2014, 2011, 2009, Walsh 2012, 2011, 2010 and 2007). For the purposes of this text, the relevance of this affirmation is that coloniality as the underside of modernity constitutes an epistemic location from which reality is thought. This locus of enunciation, following Mignolo, means that hegemonic histories of modernity as a product of the Renaissance or the Industrial Revolution are not accepted but challenged to undo their Eurocentric power projection inherent to them.  Precisely, in seeking to avoid becoming just another hegemonic project, decolonial thinking is also understood as an option – in contrast to a paradigm or grand theory - among a plurality of options.

En Diciembre del 2012 se llevó acabo en la ciudad de México la primera Cumbre Mundial de ‘indignados’ que tuvo como finalidad el análisis de las ‘insurrecciones sociales y los movimientos de protesta que surgieron, entre 2010 y 2012…en países de la Primavera Árabe como Egipto, Túnez, Siria, Libia y Marruecos, y en Grecia, España, Estados Unidos, Chile y México”.  Pocos medios de comunicación nacional e internacionales le dieron seguimiento y los análisis académicos sobre el mismo fueron prácticamente nulos. Sin embargo, en la cumbre destacó la participación de los y las protagonistas de estos movimientos en el proceso de análisis y al margen de la academia nacional e internacional encargada ‘de pensar lo internacional’. ¿Cuáles son las razones detrás de esta falta de interés? Es simplemente por que existen temas y eventos más urgentes que pensar y teorizar?
Diez años antes, el 16 de febrero del 2002, la Sra. Valentina Rosendo, indígena de la etnia mephá, fue violada y torturada por militares del 41 batallón de infantería que operaba en Cruz Grande, Guerrero en el Sureste Mexicano. En agosto del 2010, la Corte Inter-Americana de Derechos Humanos condenó al Estado mexicano y lo sentenció, entre otras cosas, a reconocer su responsabilidad por la violación de los derechos humanos de la Sra. Rosendo y a pedirle perdón en un acto público. Éste tuvo lugar finalmente el 15 de diciembre del 2011 en la Ciudad de México y fue llevado a cabo por el Secretario de Gobernación (Ministro del Interior).  Pero, ¿por qué demoró tanto este acto de reparación pública por parte del Gobierno Mexicano? ¿Por qué tuvo que acudir la Sra. Rosendo a instancias supra-estatales como la CIDH? Se trata tan solo de un mero asunto de competencias legales o de un asunto nacional ligado a la impunidad estructural del sistema de justicia mexicano? ¿Qué rol juega el origen étnico y la clase social de la Sra. Rosendo en este proceso?

#Yamecanse de la mirada colonial del twitter! Escribo el twit anterior desde mi cuenta @icazarosalba mientras los medios impresos, visuales y virtuales difunden sin parar la búsqueda de dos sospechosos del asesinato de 12 personas en el diario satírico Charlie Hebdo ocurrido el 7 de Enero del 2015 en la ciudad de Paris, Francia. Entre los ultimados se encuentran dibujantes Franceses que por sus caricaturas sobre el Islam y el profeta Mohamed en particular, habían recibido amenazas de muerte de parte de radicales islámicos.

Los medios hablan de un atentado contra la libertad de expresión, de un ataque contra la civilización y en contra de la razón. Se habla incluso, de un choque de civilizaciones (Cassidy 2015). El discurso que contrasta la cuna intelectual de occidente, Francia y por ende sus ciudadanos e instituciones, con la barbarie de oriente y en particular del Islam y sus creyentes, (re)produce la subjetividades que se encarnan en las representantes de gobierno, las periodistas, las ciudadanas Francesas, y Europeas y mas tarde ciudadanas y ciudadanos de muchos lugares del mundo, sumándose al #Je suis Charlie.

Siete meses antes de los eventos en Charlie Hebdo, el 26 de Septiembre del 2014, un joven Mexicano llamado Alexander Mora, estudiante de la normal rural de Ayotzinapa en el estado de Guerrero, fue asesinado por supuestos policías municipales quienes antes lo torturaron y desollaron su rostro. Junto con Alexander, otros 42 estudiantes algunos menores de edad e indígenas, fueron secuestrados y de acuerdo a las versiones oficiales de la fiscalía mexicana, calcinados por miembros del cartel de drogas Guerreros Unidos apoyados por policías municipales.

Unas horas después de estos trágicos eventos, el hashtag #todossomosayotzinapa y #ayotzinapaaccionglobal se volvieron ‘tendencia’ en twitter México (Ferguson 2104). En cuestión de horas se organizaron marchas, performances y flash mobs “ Pude haber sido Yo” en varias ciudades en México, Estados Unidos, Europa, Asia, etc. Después de algunas semanas, el hashtag #yamecanse se haría tendencia en twitter Mexico en referencia a la desafortunada frase del fiscal Mexicano, Murillo Karam, responsable oficial de la investigación y quien expresaría su cansancio después de una larga conferencia de prensa. Con el #yamecanse comenzaría una ‘guerra digital’ en twitter para posicionar el hashtag o eliminarlo a fuerza de (ro)bots o repeticiones sin ‘emisor’ (Mercaderos 2014).   

Tan solo unas semanas antes, el 9 de Agosto del 2014 en la ciudad de Ferguson, el adolescente afro-americano Michel Brown seria una victima mas de la violencia policial. Como en el caso de #JesuisCharlie, #todosomosayotzinapa, el hashtag #Ferguson y posteriormente, #Handsupdontshoot , se volverían tendencia en twitter (Bonilla y Rosa 2015).

Qué es lo que nos indican estos acontecimientos violentos sobre el tipo de análisis que resultaría indispensable llevar acabo para comprender el activismo contemporáneo que prolifera en redes sociales y en particular, en el caso de Ayotzinapa?

En estas líneas no intento desarrollar un análisis sobre el activismo virtual de este trágico evento. Existen interesantes esfuerzos en este sentido desde distintas perspectivas en relación a #ferguson (Bonilla y Rosa 2015), #jesuischarlie (Rodriguez Garavito 2015) e incluso sobre Ayotzinapa en relación a la geopolítica Norte Americana en Medio Oriente (Dabashi 2014). Este es un texto exploratorio a partir del planteamiento de las epistemologías del sur (Santos 2009 y 2007) y el pensamiento decolonial (Mignolo 2013, 2010, 2009a, 2009b y 2003; Quijano 2000, Vazquez 2015, 2014, 2011 y 2009), en particular del feminismo decolonial (Lugones 2010a and 2010b), sobre las lógicas moderno/coloniales que caracteriza a los medios sociales en el que discurre gran parte de las energías del activismo trasnacional contemporáneo. Lógicas que como argumentaré posteriormente, se producen y reproducen también en los análisis académicos en Relaciones Internacionales sobre este tipo de activismo transnacional.

En particular, me interesa comprender qué es twitter frente a la violenta experiencia de Ayotzinapa, cómo se expresan sus lógica(s) moderno/coloniales y si también se expresan lógicas otras en esta arena de visibilidad política. Entiendo por visibilidad política la visibilidad de palabras y obras de regiones de la sociedad que han sido marginalizadas, desdeñadas o producidas como ausentes (Icaza y Vázquez 2013) 
Además al plantearme esta exploración, busco formas de reflexionar (posición epistemológica) a cerca de los medios sociales que contribuyan a desestabilizar la perspectiva dominante en la disciplina de las Relaciones Internacionales que naturaliza la separación entre el “objeto de estudio” (Ej. el activismo trasnacional en twitter) del “sujeto que le conoce” (Ej. el académico). Como he argumentado en otros escritos, este es un paso importante para descolonizar las Relaciones Internacionales (Icaza 2013) y por ello el texto esta escrito en forma de una constante reflexión sobre como se conoce lo que se pretende conocer.
Posicion epistémica decolonial y de colabor

Resulta importante señalar que esta exploración esta profundamente informada por mi participación limitada en la campaña transnacional “Eurocarava 43”  como académica especializada en Relaciones Internacionales, feminista Mexicana y residente en los Países Bajos. Es desde esas identificaciones personales/profesionales que fui contactada para apoyar con recursos logísticos, institucionales y personales diversos actos de manifestación pública incluyendo eventos académicos sobre los trágicos eventos de Ayotzinapa.

En el proceso organizativo tuve la oportunidad de entablar un dialogo con dos de sus jóvenes organizadoras. En este dialogo resultaron centrales el papel protagónico que buscaba darse a los estudiantes y sus familias y en consecuencia el segundo plano que se buscaba asignar a las instituciones académicas y políticas. Es en este tipo de dialogo que busca generar relación, a partir del cual desarrollo las ideas aquí presentadas y desde esta posición epistémica, lo expresado no es resultado de un mero trabajo de reflexión individual que requeriría un análisis auto-etnográfico tan de moda en la disciplina de las Relaciones Internacionales (Bligg y Bleiker 2010). El proceso dialógico que aquí se comparte como base de esta reflexión busca desestabilizar la idea de una supuesta objetividad académica y denunciar su violencia epistémica.  De esta forma intento plantear una alternativa a la objetivación de la resistencia social, a la reducción de la acción por la visibilidad política que se da en redes sociales, por parte de la academia como un “objeto” que se estudia y no del que se aprende (Barbosa, Icaza y Ocampo 2015; Icaza próximamente; Icaza 2015; Icaza y Vazquez 2013).

Asimismo, la experiencia personal de verme imposibilitada por motivos de salud para participar en los actos planeados de la Eurocaravana 43 resulta igualmente relevante. Saberme físicamente incapaz de desplazarme para estar presente en las marchas, reuniones y seminarios y expresar mi solidaridad, le dio un profundo sentido a las denuncias de los feminismos sobre la violencia epistémica de los análisis académicos escritos desde el no lugar (placeless), sin cuerpos (bodyless) y que desde ahí reproducen las historias de algunos cuerpos normalizados y de algunos lugares universalizados, como historias comunes a todas y todos como una historia única (Adichie 2009, Escobar y Harcourt 2005, Haraway 1988, Lugones 2003).

La novelista Nigeriana Chimamanda Adichie nos alerta del ‘peligro de la historia única’ pues “crea estereotipos y el problema con los estereotipos no es que sean falsos sino que son incompletos. Hacen de una sola historia la única historia…la consecuencia de la historia única es que roba la dignidad de los pueblos…es imposible hablar sobre la historia única sin hablar del poder…. Cómo se cuentan, quién las cuenta cuándo se cuentan, cuántas historias son contadas en verdad depende del poder” (Adichie 2009). Intento entonces evidenciar ese poder y su origen detrás de la historia única que nos llega en forma de mensajes de 140 caracteres, con la finalidad de identificar sus limitaciones y potencialidades en las luchas del activismo transnacional por la visibilidad política.

To co-write this piece has meant for us to put in words the deeply personal, painful and fruitful process that has meant to engage with the ideas of María Lugones. An ongoing process in which our subjectivities are shifting and some kind of joint perspective emerges from the vestiges of what is left in each of us as products of gender-specific developmentalist policies in Latin America. This pain allows us to feel/think/sense the coloniality of Eurocentric social sciences and of some feminisms (Icaza 2013a, 2013b). In this text, we co- construct an engagement from this troubled and ongoing process to think together coloniality through a critical re-consideration of ‘gender’. We will show how 'gender' is an analytical category that has been widely used and misused in development discourses and interventions during the last three decades.
Our central aim is to explain why and in which ways the notion of coloniality of gender call for a reflection on how we approach the epistemic grounds of white feminism, of development studies and also the modernity/coloniality debate. In particular, we understand that the notion of the coloniality of gender shifts the perspective of knowledge from the abstract disembodied position of male and western centred paradigms to a view from the historical embodied experience. This shift in the perspective of knowledge is enabling a move beyond the analytic of gender towards recognizing coalitional practices of liberation and resistance.
Gender is thus acknowledged as an important analytical category to understand the modern/colonial system of oppression, but is also seen as what needs to be overcome by the decolonial practices of coalitional resistance. Thinking the coloniality of gender means to think from an embodied experience, it is to think from the ground up, from the body. It is a thinking that averts the generalizations that are common to abstract modern thought. It helps us to understand the limits of feminist anti-essentialist discourses that praise the performativity of identity as holding the only possibilities for desestabilization. We see decolonial feminism as an invitation to thinking/being/doing/sensing that exceeds the dominant discourses about women, gender, sexuality and the body.
In order to develop these ideas, the text is divided in the following sections. The first section presents a historical background of the trajectory of the category “gender” within development studies literature, including its mainstreaming with the emergence of the Gender and Development paradigm (GAD).
The second section discusses three key ideas advanced by Maria Lugones in her text “the Coloniality of Gender“: a) the ahistorical and universalist understanding of the category “gender”; b) the relevance of decolonial resistances to radicalize the category “gender”; c) the limits of the category “gender” in order to see decolonial resistances.
The final section is a concluding reflection that highlights some of our thoughts and intuitions on the possible implications for critical feminisms agendas aiming to question the cross- cultural relevance of gender analyses of developmentalism.

This paper represents a collective contribution to an ongoing debate on the benefits and disadvantages of export-based, industrial jobs for women as well as on the implications of global labor standards on these types of jobs. On the basis of extensive research on women in Mexico's and Central America's maquiladoras (assembly plants that produce export goods), this paper aims to problematize the viewpoints that present export-based, industrial jobs as dignified alternatives for women in the South and to question the skepticism about global labor standards as a possible alternative for improving work conditions in all sectors producing for export. In so doing, the paper stresses three interrelated issues: a) the relevance of local and regional contexts that inform diverse industrialization paths over time, b) the agency the women workers represent, and c) the legal instruments already existent in our common efforts to improve working conditions.

On 21 October 2011, hundreds of Mexican civil society organizations formally submitted a petition to the Lelio e Lisli Basso Foundation in Rome to justify the opening of a Mexican Chapter of the Permanent People's Tribunals (PPT). The PPT was established in 1979 as the successor to the Russell Tribunals on Vietnam (1966–1967) and on the Latin American Dictatorships (1974–1976). The PPT is considered an ethical non-governmental tribunal and their sessions are described as a mechanism for raising awareness of national and international public opinion on rights violations. This article investigates the potential of the PPT for contributing to epistemic justice in Mexico, by focusing on indigenous people communities' long-term struggle for legal pluralism and autonomy. In so doing, it offers an analysis about the coloniality of international human rights law operating in non-governmental mechanisms of popular litigation such as the PPT; a perspective that has remained absent in critical international and global studies. In particular, the article argues that the PPT in Mexico is imbricated with Eurocentric modes of legal production but that it nonetheless has the potential to contribute, in a relevant but fragile way, to epistemic justice. On the one hand, it is observed that PPT key documents and statements explaining different forms of violence in Mexico emphasize causal relationships based on the all-encompassing power or logic of capitalism. This perspective, it is argued, has the effect of epistemic erasure: notions and practices of justice that exceed this logic are silenced in the process of legal translation for the construction of " model cases ". On the other hand, the article highlights the coexistence of different notions of justice in one of the PPT thematic hearings on Violence against Corn, food sovereignty and autonomy hold in Oaxaca, Mexico, to argue for a rethinking of the monocultural state-centric legal frames that ground PPT legal qualification. As the PPT classify social grievances in legal terms through the lens/gaze of international law, this legal qualification works as an activity of " translation " , in some cases of incom-mensurable notions of justice or absence of justice, violence or well-being. The article concludes with an emphasis on the potential contributions of the PPT to epistemic justice as the political visibility of the many ways in which justice is understood and experienced despite the many forms of violence and oppression in contemporary Mexico.

This contribution offers a view on social struggles as epistemic struggles to critically engage with the Activism 2010+ debate. Our core idea is that social struggles that stand up against depoliticization, economic exploitation and cultural alienation cannot be adequately understood through the same rationality that underlies the processes that they are breaking with. We invite a reading of social struggles as open questions to the dominant ways of thinking and ordering of the real. Our way of doing this is by developing a view of the Zapatistas uprising in Chiapas, Mexico, and the Battle of Seattle, USA, as political events that have challenged the epistemic hegemony of modernity, its instrumental rationality and its chronological temporality. In so doing, we establish a relation between the political ideas of Hanna Arendt and those of decolonial thought, as a means to connect traditions of critique that belong to different genealogies (Western critical thought and Latin American decolonial thought) and which correspond to different conceptions of modernity and social justice. Bringing together these different traditions of critique is a key analytical step to move beyond one-sided universalisms into forms of argumentation that are built on the possibility of dialogue across a plurality of epistemic locations. This is a modest move in the much-needed search for epistemic justice.

El argumento central de este artículo señala que uno de los retos fundamentales que enfrenta la sociedad civil que busca incidir y/o resistir el regionalismo contemporáneo es el continuar contribuyendo a la justicia epistémica. Justicia epistémica se entiende como la capacidad de hacer políticamente visible los saberes y visiones, en este caso sobre la región y el regionalismo, que han sido sistemáticamente producidos como inexistentes. Desde esta definición, el artículo elabora una discusión sobre el rol que juega la academia en la producción de la inexistencia de saberes y visiones ‘otras’ de política regional multilateral. De tal forma que, el artículo se presenta como un análisis crítico desde la academia a la academia misma y propone los siguientes pasos epistémico-metodológicos que buscan revertir condiciones de invisibilidad epistémica.
En primer lugar, el artículo plantea la relevancia de situar en experiencias concretas de resistencia el análisis del regionalismo contemporáneo mediante un breve recuento de más de dos décadas de lucha social en las Américas, y de manera particular en México. En segundo lugar, el articulo prioriza las propuestas surgidas desde la resistencia y las transformaciones geopolíticas (regionalismo abierto tipo TLCAN vs regionalismo popular tipo ALBA) en las que estas propuestas surgieron y que posteriormente contribuyeron a producirlas como inexistentes.
En tercer lugar, se analiza las interpretaciones sobre la resistencia social y el regionalismo en las áreas de Relaciones Internacionales y Economía Política Internacional. En este punto se identifican las contribuciones  y limitaciones epistémicas de distintas tradiciones teóricas.
En cuarto lugar, el artículo introduce la noción de “Geopolítica del Conocimiento y el Conocer” elaborada por Walter Mignolo dentro del colectivo Modernidad/Colonialidad como una posibilidad teórica y conceptual que permite considerar a la resistencia social como generadora de saberes y visiones ‘otras’ sobre la región y el regionalismo y desde ahí re-considerar los supuestos que informan visiones moderno/coloniales de regionalismo tipo TLCAN o ALBA.

This paper examines the European Union-Latin American and Caribbean countries bi-regional governance as a source of social resistance and contestation. In particular, the paper looks at the contributions of a bottom-up and informal mechanism of litigation such as the Peoples' Permanent Tribunals against European Multinationals and Neo-liberalism to cognitive justice and for challenging the notion of an all-encompassing neo-liberal governance. In so doing, the paper engages in a critical analysis of the underlying assumptions of key notions of global/regional governance and resistance in IPE and IR literature and of development and regionalism promoted by EU Institutions and LAC governments. At its core the paper argues for a problematisation of the resistance that is enacted through the Tribunals as not free of tensions, but nonetheless, contributing through practices of cognitive justice to unveiling the fragmented and hence, contested nature of EU neo-liberal governance for Latin America and the Caribbean countries.

What this short story tries to display about regionalisms is that diffe- rent experiences on regionalism have produced different explanations about their benefits and costs, driven forces and agents, objectives and strategies. For example, while some might emphasize the positive side that the harmonization of phytosanitary standards could have for consumers in a given region others might highlight the negative side of this trend for products’ diversity and local economies. This sort of emphases have informed the making and re-making of regional institutions, mechanisms, forums and agreements and for some, highlight what regionalisms are: contested political projects driven by state and market actors but also by communities around the world that are transforming regional units located in particular geographic areas.
During the last two decades in the Americas, economic liberalization emphasis on regionalism has been a prime concern for wider sectors and groups within civil society. Over and over, these groups and orga- nizations are (re)presented in the mass media as opponents to these policy options. Less has been said about the alternatives they have put forward and how some of these have been incorporated into official policies. In some cases, it has been argued that civil society initiatives have facilitated a gradual shift from the emphasis on economic libera- lization towards development, social cohesion and capacity building: the so-called good governance. Nonetheless, for some of these groups, if regionalism aims to benefit marginalized sectors of society in the Global South, then trade and services liberalization policies need to be abandoned in favor of gender sensitive, community based and en- vironmentally sustainable regionalisms. Expectedly, this position has raised key issues of power and resistance in the international political economy and has stirred heated debates among scholars, practitioners and members of civil society. To date, few systematic attempts have been done to map these debates and to develop a comparative analysis of them, despite of the relevance that these could have for the long- term sustainability of regionalism.

Decolonial thinking has introduced border thinking as an epistemological position that contributes to a shift in the forms of knowing in which the world is thought from the concrete incarnated experiences of colonial difference and the wounds left. In this chapter, Argentinean feminist philosopher Maria Lugones’ (1992) interpretation of Gloria Anzaldua’s Borderlands foregrounds its main argument: border thinking as an embodied consciousness in which dualities and vulnerability are central for a decolonisation of how we think about the geo and body politics of knowledge, coloniality, political economy and of course, gender in International Relations and Global Politics.

For more than two decades, the vast production of post-structuralist/post-positivist feminist critique and postcolonial feminism thinking within the field of International Relations and more recently on Global Politics have pushed forward critical investigations on their modern and colonial foundations (e.g. Sylvester 1993, Pappart and Marchand 1995, Shilliam 2010, Gruffyd Jones 2006, etc.) In doing so, different epistemological positions have been deployed in their attempt to destabilize narratives that produce and reproduce dominant ideas about ‘the international’ and ‘global politics’. Today, these contributions constitute a fruitful background for the current wave of academic interest focused on critically understanding the epistemic foundations of IR and GP as disciplines responsible of thinking how power operates in the international and global spheres. Decolonial thinking has recently been partaking in this critical endeavor (Icaza 2015 and 2010, Icaza and Vazquez 2013, Taylo...

This paper represents a collective contribution to an ongoing debate on the benefits and disadvantages of export-based, industrial jobs for women as well as on the implications of global labor standards on these types of jobs. On the basis of extensive research on women in Mexico's and ...