Nació en Burgos en 1987. Se licenció en Publicidad y RR.PP y es en esa época tuvo su primer contacto con la fotografía. Desde que terminó sus estudios de fotografía en Madrid y Alicante, los paisajes tranquilos y poéticos de Aída Pascual Benito han aparecido en numerosas exposiciones.

Desde niña siempre me ha llamado la atención todo lo que tuviese que ver con la imagen, películas, ilustraciones de libros, etc. Pero siempre de un modo inconsciente, nunca se me había ocurrido que yo podía dedicarme a nada relacionado con ella. Estudiando la carrera de Publicidad empecé a tener una relación más directa con la fotografía y es ahí donde germinó todo. Me sedujo por completo y cuando acabé mis estudios me di cuenta que no me veía a mí misma dedicándome a otra cosa. Al principio hacía fotos sin más, según me venían las “ocurrencias” sin ningún sentido en concreto, quizá por eso no estaba contenta con los resultados. La primera mañana que decidí salir sola a hacer fotos en la niebla todo cambió, desperté de algún modo. Quedaría muy bonito decir que desde niña siempre supe lo que quería hacer, pero no es cierto, anduve muy perdida hasta que di con la fotografía, así que podría decirse que la buscaba sin saberlo y vino sin llamarla. Ahora es mi hobby, mi trabajo y a veces cuando duermo sueño que hago fotos. 

Arcadia, 50 (2016)

© Aida Pascual

Aida trabaja siempre en la naturaleza intentando conectar el paisaje con los sentimientos del ser humano, siguiendo los ideales de la pintura y la filosofía romántica. La representación de espacios abiertos y sin fronteras, en los que aparece la persona en su real insignificancia, es la fuente de inspiración para sus imágenes.

Las imágenes nacen de su deseo de capturar momentos de contemplación y, en consecuencia, emanan una tranquilidad meditativa. Su contemplación provoca un anhelo indescriptible que hace que los recuerdos personales se disuelvan en las imágenes. Una mujer con un traje de noche negro se encuentra en medio de un paisaje nevado. En otra imagen, una mujer mira desde los acantilados costeros bajo un cielo turbulento. Un vagabundo inverosímil con chaqueta y sombrero se encuentra en amplias llanuras en medio de una bruma otoñal. La composición inesperada de las escenas y la iluminación misteriosa les confieren una atmósfera mágica que presentan a la naturaleza como un refugio del tumulto de la vida cotidiana.

Arcadia, 42 (2016)

© Aida Pascual

El proyecto “Arcadia” es un lugar imaginario, creado y descrito por numerosos poetas y artistas que hace referencia a un territorio utópico que permite vivir en comunión con la naturaleza. Aida Pascual reflexiona en su obra sobre la supremacía del orden natural por encima de la voluntad humana creando una unidad armónica entre la humanidad y el paisaje que le rodea. Las figuras, pequeñas y perdidas, están abducidas en la contemplación de la desmesura del paisaje, que es el verdadero protagonista. Se muestran escenas dramáticas en su poderosa inmensidad. Lo realmente importante son el cielo, el mar, las nubes, los árboles y, sobre todo, la soledad. Una soledad entendida como cualidad interna y esencial de las personas, perdiendo así su carácter negativo.

Arcadia, 27 (2016)

© Aida Pascual

Las fotografías no pretenden mostrar simplemente una naturaleza bella dirigida hacia lo decorativo ni lo convencionalmente placentero, sino producir calma y recogimiento. Una sensación de tiempo detenido, de exilio voluntario. Una huida del estrés y la vorágine actuales para sumir a quienes lo contemplen en un estado de calma y reflexión.

www.aidapascual.com

http://www.heroinas.net/2016/04/aida-pascual.html